Transferencia Embrionaria Histeroscópica (HEED)
MM Kamrava
1 , L Tran 2 and JL Hall 3 1West Coast IVF Clinic, 2LA Center for Embryo Implantation, 3UCLA, the Geffen School of Medicine. USA
Han pasado más de 30 años desde el nacimiento del primer
bebé mediante fecundación in Vitro (FIV). Se han producido grandes avances en
los distintos pasos de la FIV como en los protocolos de inducción de la
ovulación, las técnicas de extracción de ovocitos y los medios de cultivo, todo
diseñado para mejorar la calidad embrionaria (Gardner 1998). Sin embargo sigue
existiendo una diferencia importante entre el número de mujeres que se someten
a FIV con desarrollo embrionario normal y las tasas de embarazo. Se estima que
hasta un 85% de los embriones no consiguen implantarse a pesar de la selección
de embriones aparentemente normales (Sallam 2002). Esta tasa de fallos hace pensar
que el paso de la transferencia embrionaria
es un paso importantísimo para tener unas tasas de embarazo clínico
exitosas en las técnicas de reproducción asistida (TRA) (Meldrum 1987). La
transferencia embrionaria se realiza tradicionalmente mediante una colocación
“a ciegas” de los embriones en la cavidad uterina, utilizando un catéter
transcervical entre los días 2-5 de desarrollo embrionario. Esta técnica
depende de la habilidad y del sentido táctil del clínico. Muchos ginecólogos
transfieren los embriones a una distancia fija (6 cm) del orificio cervical
externo, sin embargo, debido a la diferencia entre distintas longitudes
cervicales y a la diferente anatomía uterina, esta técnica no asegura una
colocación correcta (Brown 2007). Recientemente, se han publicado múltiples
estudios sobre factores potencialmente relacionados con bajas tasas de éxito
como las contracciones uterinas, la expulsión de los embriones, la existencia
de sangre o moco en la punta del catéter, la contaminación bacteriana del catéter
y la retención de embriones (Schoolcraft 2001). La transferencia embrionaria
guiada por ecografía se postula como la técnica estándar en la práctica clínica
y parece mejorar las tasas de embarazo clínico comparado con las técnicas a
ciegas (Brown 2007).
De todas formas, aún
existe controversia sobre los beneficios de la transferencia guiada por
ecografía en las tasas de embarazo clínico (Kosmas 1999). La técnica de
transferencia embrionaria subendometrial (SEED) ha demostrado un incremento en
las tasas de embarazo y la eliminación de los embarazos ectópicos asociados a
las TRA (Kamrava 2010). En este estudio presentamos el uso de una técnica
similar que utilizó un minihisteroscopio con un catéter flexible para la
transferencia directa de embriones en el endometrio en estadio de 4-12 células
y bajo visión directa. La guía visual histeroscópica asegura una transferencia
más precisa en el lugar deseado del endometrio.
En este estudio se
incluyeron 35 pacientes entre 22 y 46 años que se sometieron a una FIV. Se les
entregó un consentimiento informado antes del inicio del ciclo. Se inició la
estimulación ovárica con Folitropina
(Follistim ®, Organon Pharma INC). El aumento de gonadotropinas endógenas se
controló con acetato de Ganirelix (Antagon ®, Organon Pharma, INC). La punción
ovárica se realizó de manera ambulatoria bajo anestesia local y sedación. Los
ovocitos fueron fertilizados y cultivados en un medio específicamente formulado
a 37ºC y con un 5% de CO2 en el aire. Los embriones se transfirieron a las 4872
horas postfertilización. Todas las mujeres recibieron algún tipo de soporte de
la fase lútea a base de progesterona o HCG (3000 UI de HCG a los 3 y 6 días postpunción). Se
cuantificó la -HCG a los 10 días tras la última administración de HCG utilizando
una cifra de HCG > de 5 UI/ml junto
a la existencia de retraso menstrual como confirmación de embarazo. La transferencia embrionaria histeroscópica se inicia
realizando una ecografía transvaginal pare determinar la dirección y grosor del
endometrio. Con la paciente en posición de litotomía se coloca un espéculo en
vagina y se expone el cérvix, limpiando
ambos con una solución HAM modificada. Posteriormente se inyectan 10 cc. de
Xilocaina al 1% bilateralmente a nivel de los uterosacros. Se fija el cérvix con unas pinzas de Allis.
Se utiliza nitrógeno como medio de distensión
utilizando un insuflador histeroscópico. Entonces se introduce
suavemente un histeroscopio flexible de 3 mm, cargado con un catéter que
contiene los embriones, a través del orificio cervical, visualizando el canal
cervical y alcanzando la cavidad uterina.
Una vez en cavidad se avanza hasta el fundus uterino. Los embriones
cargados en el catéter de transferencia (Precision Reproduction, LA, CA. USA)
se depositan en el lugar adecuado sacando la punta del catéter 1,5 cm. El lugar
elegido se encuentra a mitad de camino entre el punto más bajo del fundus y la
apertura tubárica. Los embriones son delicadamente depositados por el
embriólogo. Nuestros resultados muestran
que la transferencia de embriones guiada por histeroscopia tiene una alta tasa
de embarazo, entre 2-3 veces mayor que la transferencia a ciegas. Mediante la
visualización directa, obtenemos una técnica de transferencia objetiva, reproducible y con confirmación visual.
El resultado final depende menos del operador comparado con otras técnicas de
transferencia en la que la experiencia del profesional puede influir en las
tasas globales de embarazo (Garcia 2002). La transferencia de embriones por
histeroscopia puede evitar muchos de los factores conocidos y previamente
publicados que se asocian a malos resultados. Muchas de nuestras pacientes no
han tenido éxitos en FIV previas por diversos motivos. Se utilizó un
minihisteroscopio flexible para la visualización de la cavidad
endometrial (Storz ®, LA, CA. USA). El
endoscopio incorporaba una punta flexible de 3 mm de diámetro con un canal
operatorio. Además la óptica estaba directamente conectada a la fuente de luz,
disminuyendo el peso del endoscopio y dando así una mejor sensación táctil. El
catéter de transferencia (Precision Reproduction, LLC, LA, CA USA) era de
policarbonato con una punta cónica (500 m) biselada a 60º.

Resultados Se iniciaron 35
ciclos. En 22 de ellos se utilizó la inyección intracitoplasmática (ICSI) por
factor masculino. El grosor endometrial varió entre 7 y 16 mm. 22 ciclos
tuvieron la transferencia en día 2 y 13 ciclos en día 3. Hubo 16 HCG positivas
(>5 UI/ml) a los 12 días tras la transferencia embrionaria. De esas, 2
tuvieron embarazo bioquímico y 12 embarazo clínico que se evidenció por la
presencia de saco gestacional en el examen ultrasonográfico a las 5 semanas de
gestación y por la presencia de embrión y latido embrionario a las 6 semanas.
Hubo 5 abortos espontáneos del primer trimestre entre la semana 7-8 de
gestación. 7 pacientes dieron a luz a niños sanos a término y hubo 2 embarazos
ectópicos. (Tabla 1).

Discusión Como era de esperar, la media de edad de las
pacientes con transferencia en día 3 era menor que la de las pacientes en día 2
(35 Vs 38 años) ya que tenían mejor calidad de embriones, lo que permitió
continuar el cultivo embrionario un día más. Es interesante destacar que la
tasa de embarazo clínico fue también mayor en las transferencias realizadas en
día 3 (31% Vs 15%). Las ventajas de la
transferencia de embriones guiada por histeroscopia incluyen la objetividad y
reproductibilidad del procedimiento. Este aspecto muy significativo del método
incrementa la seguridad de una entrada correcta en la cavidad mediante una
confirmación visual. Además, la transferencia y posterior implantación en un
punto preciso, con un volumen mínimo de medio de transferencia, ofrece un
beneficio obvio a las pacientes con cavidad uterina alterada, miomas,
adenomiosis y adherencias uterinas. La visualización directa permite también
maniobrar a lo largo del contorno uterino, disminuyendo el trauma que se
produce sobre la línea endometrial. Por
otro lado, al realizar la distensión de la cavidad uterina con un gas inerte
(N2) es menos probable que la punta del catéter entre en contacto con el fundus
uterino, lo que se ha relacionado con la estimulación de contracciones
uterinas, creando un ambiente desfavorable para la implantación (Kovacs 1999,
Lesny 1998). Se ha demostrado que una alta frecuencia de contracciones uterinas
se asocia a unas tasas de embarazo clínico más bajas y a la posibilidad de una
expulsión completa del embrión (Fanchin 1998). También se ha postulado que el
desplazamiento del embrión hacia el segmento uterino inferior da como resultado
cifras más altas de embarazo ectópico cervical y placenta previa (Romundstad 2006; Schoolcraft 2001).
La observación de
las contracciones uterinas mediante histeroscopia puede llevar al clínico a
abortar o diferir el procedimiento, disminuyendo así los costes, los fallos
repetidos de TE, la pérdida de embriones y el riesgo de ectópicos cervicales y
placenta previa. La visualización directa de la punta del catéter asegura que
los embriones no quedan retenidos en su interior o se pierden. Viser et al.
hallaron tasas de embarazo menores cuando existe retención de embriones en el
catéter (3% Vs 20,3%). Además, la visualización de la punta del catéter permite
utilizar volúmenes menores para la TE (5 μl) en contraposición a los volúmenes
utilizados de rutina (30 μl). Volúmenes menores permiten un mejor manejo del
embrión para una colocación adecuada dentro del útero, lo que ha demostrado un
incremento en las tasas de implantación y embarazo (Meldrum 1987) permitiendo
también disminuir las tasas de embarazo ectópico ya que la utilización de
volúmenes altos se ha asociado a un mayor riesgo de embarazo ectópico (Marcus
1995). La expulsión de este pequeño volumen de medio de transferencia que porta
los embriones desde la punta del catéter puede verificarse por visualización
directa. En el procedimiento a ciegas existe la preocupación de que esta
pequeña cantidad de líquido pueda depositarse en el segmento uterino inferior,
en el canal cervical o incluso fuera del útero, al realizar la extracción del
catéter tras la transferencia embrionaria.
La desventaja potencial y el riesgo principal de esta técnica reside en
la disrupción del revestimiento uterino, aun así este riesgo es menor que en
los casos de transferencia a ciegas y ecoguiados debido a la ventaja que supone
la visualización directa del revestimiento uterino y a que no es necesario
movilizar el catéter para facilitar su visualización durante la realización de
la ecografía (García Velasco 2002). Además, la visualización directa permite
colocar a los embriones en un lugar diferente si se produce algún trauma
endometrial. El mayor problema para su aceptación radica en que la
histeroscopia es un procedimiento invasivo. De todas formas, a diferencia de
los histeroscopios rígidos que pueden causar un trauma al endometrio, el
histeroscopio que se utilizó en este estudio es un minihisteroscopio con un
diámetro de 3 mm y una punta flexible que permite seguir fácilmente la
curvatura del útero. El catéter
utilizado es semirígido pare prevenir que se deforme al pasar por el endoscopio
y con cierta flexibilidad, para poder angulares. En nuestro estudio no existió
disrupción del revestimiento uterino ni sangrado a dicho nivel. El incremento
de costes es otro problema asociado, de todas formas la utilización del
histeroscopio disminuirá los costes de los intentos fallidos de FIV-TE y
aumentará la satisfacción de las pacientes. Conclusión La transferencia embrionaria
histeroscópica (HEED) es una técnica beneficiosa ya que aumenta las tasas de
embarazo clínico, especialmente en pacientes con fallos repetidos de FIV-TE.
Debido tanto al objetivo como a la naturaleza del procedimiento histeroscópico,
junto al aumento en la precisión de la transferencia de embriones, los
esfuerzos por reducir los embarazos múltiples deberían ahora centrarse en
incrementar nuestro conocimiento en la selección de embriones con un alto
potencial de supervivencia para la transferencia. Los embarazos ectópicos de la
IVF se disminuirán al utilizar menores volúmenes de transferencia (5 μl) y al
confirmar visualmente la localización de los embriones lejos de los cuernos
uterinos. Los ectópicos prácticamente se eliminan cuando se utiliza la técnica
SEED para la transferencia de blastocistos. Esta Técnica vendría a dar una novedosa utilidad a la histeroscopia, que día a día va añadiendo nuevos usos.